Un cachorro había quedado desamparado hasta que fue encontrado por un policía de gran corazón que hizo todo lo posible por acabar con todo el sufrimiento que hasta ahora había conocido. El oficial Kareem Garibaldi, del Departamento de Policía de Lakeland, en Florida, fue su héroe.
Lo encontró una fría mañana cuando estaba patrullando por una solitaria calle.
Se bajó del auto y se acercó al perrito. No tenía placa, lo que dificultaba encontrar a sus dueños. Entonces decidió llevarlo a la estación y más tarde a su casa, cuando terminó su turno.
Al otro día también intentó encontrar a sus dueños pero no tuvo éxito.
Después de terminar su turno de 12 horas, Kareem llevó al cachorro al veterinario para que lo revisara. Cuando llegaron, Connie Johnson, que trabaja en el lugar, se enamoró del perrito al que nombraron Hope (Esperanza).
Al revisarlo pudieron saber que tenía pulgas, ácaros y lombrices e inmediatamente le dieron medicamento.
Después de una consulta de tres horas Hope y Kareem estaban agotados. El policía había trabajado toda la noche durante 12 horas consecutivas y tato perro como humano se desplomaron uno al lado del otro.